ENSEÑAR A PENSAR
UNIDAD 3: A pensar se enseña.
Las rutinas de pensamiento.

1. Introducción
En la unidad anterior trabajamos sobre lo que es pensar. En esta unidad vamos a abordar el modo en que podemos enseñar a nuestros alumnos a pensar.
Para enseñar a nuestros alumnos a pensar, debemos construir una "cultura del pensamiento" en el aula y sostenida por toda la escuela. A través de herramientas muy simples y con actividades breves, se busca el desarrollo de la curiosidad, la comprensión profunda y la argumentación basada en evidencias como objetivos de aprendizaje transversales a todas las disciplinas.
Las rutinas de pensamiento son una serie de protocolos sencillos de trabajo para el aula (llamados "rutinas") para fomentar el pensamiento profundo en niños de jardín de infantes hasta el final de la escuela secundaria.
El proyecto Zero desarrolla una colección de rutinas para utilizar en el aula, que consisten en una serie de preguntas y consignas para llevar a cabo con los estudiantes. Son protocolos de trabajo breves y simples que cada docente selecciona y adapta en función de los sus objetivos de enseñanza y su grupo particular de estudiantes.
Se espera que los docentes puedan usar estas actividades como parte de la cultura de trabajo de sus aulas, es decir, de manera frecuente y para la enseñanza de distintos contenidos.
2. Robert Swartz: Enseñando a pensar mejor

3 . ¿CÓmo enseñar a pensar?
Un requisito imprescindible para enseñar a pensar es que el docente sea consciente de los procesos de pensamiento que demanda o promueve en su aula, es lo que denominamos capacidad metacognitiva. Docentes más metacognitivos favorecerán un alumnado más metacognitivo. Por tanto necesitamos una adecuada formación de los docentes y futuros docentes en este tema.
Los docentes debemos implantar una cultura del pensamiento en el aula, y para ello debemos fomentar ocho fuerzas culturales, que son:
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Dar tiempo para pensar
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Ser buen modelo de pensamiento para nuestro alumnado
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Usar un lenguaje relacionado con el pensamiento
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Visibilizar las expectativas del profesorado y alumnado
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Propiciar buenas oportunidades de aprendizaje y pensamiento
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Fomentar la interacción en el aula
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Crear un ambiente adecuado para pensar
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Usar rutinas de pensamiento